"La apertura de más Facultades supondrá la pérdida del excelente nivel académico veterinario”

Profesores y alumnos se concentran a las puertas de la Facultad de Veterinaria para mostrar su rechazo a la creación de cinco nuevos centros en España.

Un nutrido grupo de profesores y alumnos de la Facultad de Veterinaria se han manifestado esta mañana a las puertas del centro académico para secundar la protesta que a nivel nacional se ha desarrollado en todas las facultades de Veterinaria, para denunciar “el enorme riesgo” que supondrá la apertura de cinco nuevas facultades en Madrid, Lérida, Valencia, Vitoria y Alicante. José Gabriel Fernández, Decano de la Facultad de Veterinaria, ha dado lectura del manifiesto en el que se recoge que la creación de los nuevos centros no sólo acarreará una pérdida del excelente nivel académico actual, sino también precariedad laboral y déficil económico universitario entre otros aspectos.

A continuación se recoge íntegro el manifiesto leído esta mañana durante la concentración por el Decano de la Facultad, José Gabriel Fernández:

Estamos hoy aquí convocados a nivel nacional por la Conferencia de Decanos y Decanas de Veterinaria de España (CDVE), y la Organización Colegial Veterinaria, para denunciar el enorme riesgo que acarreará la posible apertura de hasta cinco nuevas facultades prevista en: Madrid, Lérida, Valencia, Vitoria y Alicante. En concreto, los proyectos de ampliación previstos son: una facultad pública en la Universidad de Lérida para el curso 2015-2016; otra también pública en la Universidad de Valencia para el curso 2016-2017, una tercera pública de próxima apertura en la Universidad del País Vasco, y dos facultades privadas en Alicante (Universidad Mare Nostrum) y Madrid (Universidad Europea).

La creación de más facultades de Veterinaria prevista en nuestro país perjudicará seriamente a los futuros veterinarios y a todo el sector profesional porque supondrá una pérdida del excelente nivel académico actual avalado por la Unión Europea, sobredimensionará la oferta nacional de estos estudios, saturará el mercado laboral disparando el paro y la precariedad laboral y, además, disparará el grave déficit económico que soportan las universidades públicas españolas.

Solo se necesitan entre 4 y 7 facultades

La European Association of Establishments for Veterinary Education (EAEVE) y la Federation of Veterinarians of Europe (FVE), que se encargan de que los estudios de Veterinaria en toda la UE cumplan unos estándares de calidad mínimos y homogéneos, consideran que es suficiente con una facultad por cada 7-10 millones de habitantes para que un estado miembro cuente con buenos servicios veterinarios. En las condiciones actuales, España supera ya con creces este rango con lo que no necesitaría más centros.

La carrera más cara: 9.000 y 12.000 euros/año por alumno

Otro problema de calado se refiere al desembolso importante que requiere contar con unas instalaciones acordes a los estándares solicitados por la EAEVE para impartir Veterinaria: un centro dotado de aulas, laboratorios, microaulas informáticas, salas de disección y necropsias, etc.; un hospital clínico veterinario abierto las 24 horas al día los 365 días del año; una granja docente veterinaria; una planta piloto de tecnología de alimentos; un profesorado altamente cualificado… En total, una inversión inicial de unos 15 millones de euros y un mantenimiento anual de entre 8 y 10 millones. Al carecer de soporte económico específico del sistema sanitario público, como es el caso de Medicina o Enfermería, son las propias universidades las que tienen que hacer frente a todas estas necesidades. Todo ello convierte a los estudios de Veterinaria en los más caros del panorama universitario español: formar a un alumno cada año cuesta entre 9.000 y 12.000 euros.

Por ello, es evidente que las universidades públicas, en una época de crisis como la actual, difícilmente pueden afrontar estos gastos, que las matrículas cubren en porcentajes escasos (10-15%). Por lo que se refiere a las universidades privadas, las matrículas, en general, tampoco cubren estos costes si tenemos en cuenta que deben de tener un margen de beneficio que les permita hacer que la empresa sea viable, por lo que casi todas suelen recortar vía infraestructuras, lo que va en detrimento de la calidad de la docencia.

Más graduados que puestos de trabajo

Todos los ciudadanos españoles están sufragando con sus impuestos formar a más profesionales de Veterinaria de los que necesita el país. Cada año se gradúan en nuestro país unos 1.200 estudiantes de Veterinaria, mientras que en los diferentes sectores a los que se dedican los profesionales veterinarios se genera, aproximadamente, unos 600 puestos de trabajo anuales. “En resumen, todos los años se genera un exceso de oferta respecto a la demanda de trabajo, lo que ha provocado que en pocos años hayamos pasado de ser una profesión con un nivel de paro inferior al 6%, a sufrir paro y una  precarización profesional que está alcanzando niveles muy preocupantes: salarios indignos, contratos precarios, etc. Con cinco centros más se elevaría la entrada a los estudios en unos 300-350 nuevos alumnos por año, lo que haría la situación aún más insostenible”.

Por todas estas razones:

SOLICITAMOS a las Agencias encargadas de dar luz verde a los diferentes proyectos que no lo hagan si no se constata que se cuenta con las anteriores infraestructuras y requisitos.

SOLICITAMOS a las autoridades autonómicas en materia de docencia universitaria que valoren la necesidad real de un nuevo centro y de sus repercusiones económicas.

SOLICITAMOS a la profesión, representada por el Consejo General de Colegios de Veterinaria de España, que denuncie esta situación y luche racionalmente contra la apertura de nuevas facultades, y propugne que se dimensione de manera real las necesidades de veterinarios para los próximos 25 años en toda la Unión Europea.