Ana Belén Raimóndez, del municipio de Sobrado (Bierzo), gana la III edición del Concurso de Mieles ULE-Urzapa

La Facultad de Biológicas ha acogido esta mañana la tercera edición donde un jurado popular ha catado y valorado las 10 mieles finalistas. 

La apicultora Ana Belén Raimóndez Yebra, responsable de una explotación ubicada en Portela de Aguiar, en el municipio berciano de Sobrado, ha recibido el premio ‘Mejor miel de León’ del tercer concurso de mieles organizado por la Universidad de León (ULE) y la empresa URZAPA. El acto de entrega de premios ha corrido a cargo de Arsenio Terrón, director de la Oficina Verde de la ULE, Sandra Lobato, en representación de Urzapa, y Bernardo Prieto, profesor de la Facultad de Biológicas, y  ha tenido lugar en el Aula Magna de la Facultad de Biológicas. El ganador recibe, además del diploma acreditativo, un mono de apicultor donado por la Industria Leonesa del Envase, y una estancia de fin de semana en una instalación apícola.

Ana Belén Raimóndez y Juan Carlos García, también apicultor y quien ha recogido el galardón, llevan tres años funcionando y desde las 5 colmenas con que iniciaron su explotación han pasado a tener ahora mismo 150. La explotación está ubicada en la frontera entre Orense y León, en una zona catalogada como mediterránea en el noroeste de España y donde ‘arrancan’ los cañones del río Sil. El entorno de la Sierra de la Encina de la Lastra propicia que las características de la miel que ha ganado en esta edición sean principalmente castaño y mielato.

Además del galardón recogido por esta joven empresa la organización ha entregado menciones honoríficas a las diez mejores de las 58 mieles que se presentaron a la competición, y previamente a la entrega de premios, Sandra Lobato ha pronunciado la conferencia ‘Bebidas fermentadas a base de miel: Hidromiel, cerveza y vinagre’.

Desde las 10:00 horas se ha celebrado en el Aula 10, la III edición del Concurso de Mieles ULE-Urzapa, donde un jurado popular y otro público integrado por una veintena de estudiantes y ciudadanos interesados en asistir a esta cata, y procedentes de distintos puntos de la provincia de León, han conocido de primera mano las diez mejores mieles de 2016.

La cata de hoy dirigida por la profesora Rosa Valencia y realizada sobre 10 muestras de miel ha sido valorada por un jurado popular formado por Bernardo Prieto, profesor del Departamento de Higiene y Tecnología de los Alimentos, Urbano González, de Uzarpa, Eva Suárez, responsable de Dolcetriz, Adolfo Benéitez, presidente de la Asociación de Sumilleres de León, y la atleta Blanca Fernández.

PRIMERA SELECCIÓN POR UN JURADO TÉCNICO

Antes de llegar a la selección de estas diez mieles un jurado técnico tuvo que realizar la primera criba de entre las 58 que se presentaron a concurso, 23 mieles más que el pasado año.

Este jurado estuvo integrado por Félix Adanero, farmacéutico de la Junta de Castilla y León e investigador apícola, Sandra Lobato, bióloga de Urzapa y los profesores del Departamento de Higiene y Tecnología de los Alimentos, Rosa Valencia y Bernardo Prieto, que tuvo la difícil tarea de escoger las diez que a su juicio reunían las mejores características de aroma, sabor, consistencia, y resto de peculiaridades organolépticas que dotan de calidad a este producto. Al mismo tiempo, la Facultad de Biológicas se encargó de los análisis polínicos de todas las muestras, con el fin de identificar qué plantas destacan en cada miel, un factor que se puede conocer a través del nivel y tipo de polen que predomina. Este año, según explicó Rosa Valencia, las mieles “han registrado poco presencia de brezo, cuando el año pasado predominaba mucho, y sin embargo hay muchas características multiflorales, de mielada y néctar”.

El público asistente ha tenido ocasión de probar y valorar las mieles, que se ofrecían en copas, con cucharillas dispuestas para poder catar convenientemente el producto y tanto a este jurado como al popular encargado de calificar las mieles, se les ofrecía una manzana verde ya que según explicó Rosa Valencia es el mejor sistema para aclarar y limpiar la boca, de manera que no se mezclen los sabores de una y otra muestra de miel, y sea posible efectuar la valoración correcta.