David Iturregui y José Manuel Dugo presentan 'Pleroma Cuántico' en el XXIV Hall Transformado

La Facultad Filosofía y Letras alberga esta intervención artística que Roberto Castrillo, profesor de Historia del Arte y coordinador de la edición, califica de “forma de escapar del ruido”. 

El hall de la Facultad de Filosofía y Letras acoge hasta el 20 de junio, la XXIV edición de ‘El Hall Transformado’, en la que participa el artista leonés David Iturregui en colaboración con el cordobés José Manuel Dugo Varo, con una intervención espacial presentada bajo el título ‘Pleroma Cuántico’. La propuesta convierte el vestíbulo de la Facultad de Filosofía y Letras en un espacio conformado por cuatro binomios de figuras humanas y geométricas presididas por un dodecaedro central de acero inoxidable en cuyo interior se genera un icosaedro. Una reflexión en torno al significado que, desde la Antigüedad, diversas culturas orientales y occidentales han otorgado a la geometría y los poliedros como formas simbólicas del pensamiento y estructuras generadoras de las magnitudes esenciales del cosmos y la naturaleza humana.

David Iturregui, artista formado en Bellas Artes en las universidades de Salamanca y Barcelona, atesora amplios conocimientos de informática relacionados con la expresión de la creatividad por ordenador, y a lo largo de su experiencia profesional siempre ha tenido presente una de sus pasiones, la simbología geométrica. Fruto de ese interés y coincidiendo con sus estudios de tesis doctoral, nace ‘Pleroma Cuántico’, un proyecto espacial que ha forjado a lo largo de dos años en colaboración con un “artista anacoreta que vive entre poliedros en un pueblo de Córdoba”.

En palabras de Roberto Castrillo, coordinador de la iniciativa del Hall Transformado y profesor de Historia del Arte de la ULE, David Iturregui y José Manuel Dugo plantean como punto de partida conceptos universales “que forman parte de los propios mecanismos del pensamiento simbólico del hombre, desde las primeras formas de civilización fusionando tradiciones culturales orientales y occidentales, hasta nuestros días , de tal manera que la geometría se presenta como una forma de escapar del ruido en que nos tiene sumidos nuestra sociedad industrial”.

La finalidad de la propuesta de Iturregui y Dugo es sumergir al espectador en una obra donde la geometría es una disciplina “que vincula estética y ciencia, una forma de reflexionar sobre magnitudes esenciales a través de las cuales se construyen los mecanismos que hacen funcionar el universo y aquellos que permiten la creación de las formas de pensamiento”, explicaba Roberto Castrillo durante la presentación de la instalación que tuvo lugar hace unos días en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras. La colocación de cuatro figuras de oferentes que arropan y miran hacia la gran pieza geométrica central emula –en palabras de Castrillo- una invitación “a pensar qué subyace bajo el ruido”.

David Iturregui explicaba en la misma presentación cómo el pleroma hace referencia a la esencia del cosmos “y en cierto modo, esta instalación es una metáfora de mi encuentro con José en su estudio de Fuente Carreteros, en Córdoba, donde crea todo un universo de geometrías y formas imposibles, un artesano que no deja de sorprenderme con sus conocimientos de geometría y matemáticas”. De aquellos encuentros entre Iturregui y Dugo surgió la idea que estos días presentan en la Facultad de Filosofía y Letras configurada por un gran dodecaedro “que tiene la proporción áurea en todos sus vértices” con un icosaedro en su interior. Sobre ellos una estrella central “nuestro ADN, la idea del genoma humano, la geometría que nos define a todos, -explica Iturregui- que si la diseccionamos y miramos desde arriba encierra una geometría interior que también viene definida por la proporción áurea”.