IBIOMED descubre que una proteína aumenta la supervivencia a la hepatitis fulminante vírica

La revista de la Sociedad Americana de Microbiología “Journal of Virology” ha publicado en su último número un estudio en el que ha participado el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (IBIOMED) que, mediante el empleo de una proteína denominada cardotrofina-1 (CT-1), abre la puerta a que se reduzca la necesidad de trasplante en pacientes que sufren hepatitis fulminante vírica.

El trabajo forma parte del Centro de Investigación Biomédica de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBERehd) y ha sido llevado a cabo por científicos del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra y del Instituto de Biomedicina (IBIOMED) de la Universidad de León.

Mª Jesús Tuñón González, catedrática de veterinaria de la Universidad de León y persona responsable de la investigación desarrollada en IBIOMED, explica que se trata de un trabajo que se remonta al 2009. “En la primera fase se llevó a cabo un estudio de supervivencia, en el que se intentó averiguar las mejores dosis y pautas de administración de la sustancia producida por el CIMA”. Seguidamente, en una segunda fase, se han estudiado “todo tipo de aspectos, como la inflamación, regeneración hepática, etcétera, para descubrir cuál es su mecanismo de actuación”.

Resultados sorprendentes y esperanzadores

Se trata de la CT-1, una una citoquina de naturaleza proteínica, que Tuñón decribe como “una proteína recombinante, biotecnología pura que se podrá aplicar en personas”. Para llevar a cabo las pruebas se utilizaron conejos infectados con el virus RHD y se comprobó que mientras que el 99 % morían antes de tres días, más del 70 % de los tratados con CT-1 incrementaban su supervivencia a largo plazo. La explicación se encuentra en que los animales tratados con CT-1 experimentaban un descenso de la inflamación hepática, que era acompañada por un incremento de la producción de moléculas con acción hepatoprotectora y de carácter regenerativo.

El siguiente paso en el proceso que puede conducir a un nuevo fármaco aplicable a los humanos que sufran un fallo hepático agudo pasa por la realización de estudios clínicos. A este respecto hay que reseñar que los sorprendentes y esperanzadores resultados, que han sido publicados en la prestigiosa revista “Journal of Virology”, ya “han captado la atención de la organización farmacéutica americana”, tal y como explica la doctora Tuñón.

El fallo hepático agudo, que afecta a un paciente por cada 700 000 habitantes (en EE. UU. supone unos 2300/2800 casos anuales aproximadamente), se caracteriza por la rápida y masiva destrucción de tejido hepático a causa de infecciones virales, ingesta de productos tóxicos o reacciones de tipo autoinmune. Hasta la fecha no se conocía ningún tratamiento efectivo para las personas que lo sufren, salvo el trasplante de hígado.