La ULE convoca una beca para un proyecto en el campamento de refugiados saharauis de Awserd
Está dirigida a un estudiante o egresado en fisioterapia de la Escuela de Ciencias de la Salud de la ULE, y el plazo de solicitud finaliza el 5 de febrero.
El Área de Cooperación al Desarrollo (ACUDE) de la Universidad de León (ULE) ha convocado una beca destinada a desarrollar una labor de voluntariado en uno de los campamentos saharauis que se encuentran en el suroeste del territorio argelino, en la zona fronteriza con el territorio saharaui, concretamente en el de Awserd.
Se trata de una ayuda que es la continuación de la ofrecida en 2015, ya que una de las personas que en ese momento fue seleccionada no pudo realizar la estancia. La beca está dirigida a estudiantes o egresados de la titulación de fisioterapia que se imparte en la ULE, y es una ayuda que se concede de manera excepcional para continuar con el proyecto de fisioterapia infantil que se está llevando a cabo en el citado campamento de refugiados saharauis.
La estancia será de al menos seis semanas, y quien obtenga esta ayuda deberá coordinarse con las estancias del resto de beneficiarias. La ayuda incluye el pasaje en vuelo regular y la tramitación del visado, y la cantidad económica que se contempla es de 500€. Una vez en el campamento, el alojamiento y la manutención correrá a su cargo, y se realizará en la vivienda de una familia saharaui, a la que compensará con una cantidad de unos 7 euros por día.
Junto a la enriquecedora experiencia, y la posibilidad de participar en un proyecto en el que poner en práctica los conocimientos adquiridos al realizar los estudios, la persona seleccionada podrá optar a que le sean convalidados 12 créditos de libre configuración ECTS. Para ello tendrá que presentar una memoria al término de la estancia. Dado el carácter de urgencia de esta convocatoria, el plazo para presentar solicitudes ya está abierto, y concluirá el 5 de febrero. Toda la información se puede consultar en el siguiente enlace.
LOS CAMPAMENTOS DE REFUGIADOS
Es un lugar inhóspito atravesado por dos únicas estaciones del año: invierno, donde son frecuentes las temperaturas de 1 grado y verano, donde los termómetros alcanzan con frecuencia los 60 grados, lo cual hace que la vida en este lugar sea casi imposible.
La actividad económica es muy escasa, predominando el pastoreo nómada y un incipiente comercio interno, por lo que los refugiados saharauis dependen casi por completo de la ayuda internacional.