Laura Lechuga: “Con los sensores químicos ópticos trabajamos para obtener un diagnóstico precoz de cáncer”
- La investigadora química y Doctora Honoris Causa por la ULE forma parte del comité organizador de XIII ASCOS (Advanced Study Course on Optical Sensors) que reúne en la Universidad de León a cerca de un centenar de expertos y estudiantes de todo el mundo
- Los sensores químicos ópticos es la tecnología que permitió el diagnóstico rápido del SARS-CoV-2 y la investigación se dirige a avanzar hacia tecnologías portátiles que permitan “descentralizar el diagnóstico y llevarlo a casa del paciente, a una farmacia o incluso a una ambulancia”
León, 21 de julio de 2025. La Universidad de León (ULE) se convierte hasta el próximo 27 de julio en sede del XIII ASCOS (Advanced Study Course on Optical Sensors), un evento científico internacional que reúne a 63 estudiantes y 18 tutores procedentes de Europa, Asia, América y Oceanía. Se trata de una escuela de verano que se celebra cada dos años y que ha traído a la ULE a Laura M. Lechuga, doctora en Química, líder del grupo de Nanobiosensores y Aplicaciones Bioanalíticas del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) en Barcelona, profesora de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y primera mujer doctora Honoris Causa por la Universidad de León. Lechuga forma parte del comité organizador y ha explicado que los sensores ópticos y biosensores son “tecnologías que te permitan hacer, por ejemplo, un diagnóstico clínico muy rápido utilizando tan solo una gota del paciente de sangre u orina y lo que intentamos es utilizar esta tecnología para hacer un diagnóstico precoz de cáncer, para saber cuándo se está comenzando ese proceso antes de que se extienda”.
Con estos biosensores se puede, por tanto, hacer un análisis “en minutos” para saber quién está infectado de un virus, una bacteria o ambos. El diagnóstico clínico que hay actualmente es, aseguró, “excepcional” en los laboratorios clínicos y hospitales, pero habitualmente “tarda mucho” y “con este tipo de tecnologías podríamos tener esa respuesta o ese análisis en cuestión de unos minutos”. Esta tecnología permite no solo tener un resultado rápido a un análisis “muy preciso y fiable”, sino también hacerlo con dispositivos portátiles, con lo “que estamos hablando también de descentralizar el diagnóstico, de poder ser capaces de ir al lugar que se necesita, no solo a la casa del paciente o hacerlo en una farmacia o incluso en una ambulancia”.
No solo tienen utilidad en el ámbito sanitario, sino también en el medioambiental, por ejemplo, para detectar contaminación en ríos o en suelos, “podemos ir allí a pie de campo, tomar la muestra y hacer el análisis allí mismo, con las ventajas que eso conlleva de no tener que transportar la muestra, que se puede estropear por el camino o la puedes alterar y luego tener técnicos especialistas que tienen que hacer ese diagnóstico o ese análisis en un laboratorio”. Son, en definitiva, resumió, “técnicas que realmente tienen un campo de aplicación muy extenso”, como se comprobó durante la pandemia de coronavirus.
Por su parte, la directora del ASCOS 2025, la profesora de la ULE, Elba Mauriz, destacó que este congreso es “una experiencia en la que se reúnen estudiantes de todo el mundo, frecuentemente doctorado o postdoctorado, y también expertos mundiales del campo de los biosensores ópticos y químicos” en el que se presentan propuestas innovadoras relacionadas este ámbito y también se busca que “sea una experiencia colectiva e interactiva en la que los estudiantes consigan llevar a cabo relaciones personales y profesionales que les ayuden tanto a su vida personal como a su vida profesional”.
LOS SENSORES QUÍMICOS ÓPTICOS
El objeto de análisis de este congreso, los sensores químicos ópticos son, explicó Mauriz, “dispositivos que integran una parte biológica y una parte física y que sirven para determinar moléculas desde la glucosa -para los diabéticos- hasta células tumorales -para el diagnóstico del cáncer- y para otro tipo de terapias y también para la determinación de ser genosensores, es decir, de hibridación de ADN y todo tipo de enfermedades también de aplicación en el ámbito medioambiental”.
El foro está organizado bajo el paraguas de la red europea ASCOS (https://www.ascos.org/), un consorcio interdisciplinar que desde hace más de dos décadas promueve la formación avanzada en sensores ópticos, con el apoyo de instituciones académicas, centros de investigación y empresas tecnológicas de prestigio internacional. La iniciativa forma parte de las acciones COST (European Cooperation in Science and Technology) de la Unión Europea y combina formación intensiva con talleres, debates y experiencias prácticas.
(FOTO 1 Comité organizador (de izquierda a derecha) María José Marín, investigadora University of East Anglia, Reino Unido; María Soler, investigadora del Institut Català de Nanociència i Nanotecnologia (ICN2); Laura M. Lechuga, doctora honoris causa por la ULE e investigadora ICN2 y Elba Mauriz, directora del Foro e investigadora de la Universidad de León)